Hoy los niños me han acorralado para montar otra sesión del "juego ese de los extraterrestres y los monstruos". Así que hemos improvisado una partida como hemos podido. Los protas repiten: Parabellum (@ehtio saca DOS libros mañana, compren sus productos), Hellboy y los MIB.


En esta ocasión, en una zona rural con fama de bosque encantado. Hellboy investiga unos horribles asesinatos y se ha encontrado con Parabellum que busca a una joven desaparecida. Los MIB han detectado una intrusión no autorizada y buscan a los aliens que han aterrizado.


Los Men in Black llegan a un carro abandonado con un barril. Hay señales de garras. Al disparar contra el barril (para "investigar qué hay dentro"), ven que está lleno de sangre. Mientras, Parabellum y Hellboy preguntan a una señora nada sospechosa que pasea unas manzanas.


La señora les cuenta que este bosque es casa de hadas y espíritus, y está protegido por "el caballero de las flores". No ha visto a la chica que buscan. En el carro hay movida: resulta que pertenece a una banda de hombres lobo que se había escondido al verles llegar.


Sin mediar palabra les atacan. Los hombres de negro, que para liquidar aliens bien pero licántropos regular, lo pasan bastante mal. Mientras, la señora ha puesto cara de miedo ¡y ha huido, convertida en unicornio!


Parabellum y Hellboy socorren a los yanquis, con mi hija la mar de contenta llenando de plata a los peludos. Uno huye, uno muere y el último lo atan a un árbol para seguir investigando lo del unicornio


Al pasar entre las rocas, cambia el viento y un escalofrío recorre los espinazos de los personajes. Notan que no son bienvenidos aquí. Además un árbol francamente ominoso parece llamarles. La señora-unicornio está parada al lado de una vieja tumba.


Decidimos dividirnos (gran plan, eh?). Hellboy y K vemos que el unicornio hace una reverencia a la sepultura antes de huir al vernos, a pesar de los esfuerzos del agente K por entablar conversación. Parabellum y J se acercan al árbol, del que cuelgan lámparas y viejas reliquias.


De la nada salen unas dríades que les exigen que abandonen el bosque "pues nada bueno nos han traído jamás los seres de dos patas". Parabellum intenta dialogar, pero les atacan envolviéndoles con sus brazos como raíces. K fracasa al intentar leer las inscripciones de la tumba.


Hellboy y K al rescate. Hellboy elimina de un mamporrazo a una, y Parabellum a otra. Para sorpresa de todos, K (mi hijo, que suele tener el gatillo muy ligero) decide intentar convencerlas (bueno, a la que queda) de que nuestras intenciones son buenas ¡y lo consigue!


La dríade desaparece como ha venido. Parabellum lee ahora la inscripción de la tumba: pertenecía a un gran guerrero que fue enterrado frente a un túmulo donde estaban todos sus enemigos, que no podrán descansar por toda la eternidad. Así que debajo del árbol no hay nada bueno.


El equipo investiga el árbol, y ven una extraña distorsión en el aire. ¡Es el camuflaje de los extraterrestres, que están operando una extraña máquina clavada en las raíces del árbol! Por si fuera poco, nos atacan.


Aquí estuvo muy gracioso mi hijo intentando interrogarles entre tiros. Estaba súper puesto en el papel y decidido a no pelearse si no era imprescindible. Lástima que los aliens eran muy malosos y no se dejaron. Matamos a dos y herimos al otro, ¡pero han activado la máquina!


Mientras investigamos el artefacto, aparecen dos espíritus de los guerreros derrotados, que nos atacan. Aquí las balas de Parabellum son providenciales. Interrogando al alien, descubrimos que el aparato es para controlar al ejército de muertos, ¡y en eso llegan refuerzos!


No sólo se ha teletransportado un grupo de aliens, ¡sino que también aparece un batallón de fantasmas! Intercambiamos tiros, pero a Hellboy se le ocurre destruir la máquina (bueno, vale, llevábamos un rato intentándolo).


Los espectros atacan ahora a sus antiguos controladores ¡que se ven obligados a teletransportarse para escapar! Parabellum les dice a los fantasmas que ahora son libres para descansar por fin. Eso parece calmarles.


Al desaparecer los fantasmas queda un cuerpo entre la hierba. ¡Es la chica desaparecida! Cuando vuelve en sí, nos cuenta que estaba de excursión y tocó la extraña máquina, que la absorbió, y ya no recuerda nada más.


En ese momento, vemos entre los árboles al caballero de las flores, que nos saluda agradecido porque hayamos salvado su bosque. Y con eso nos vamos para casa.


Espero que os haya gustado! Yo lo pasé un poco mal porque iba improvisando, pero mis hijos y mi mujer se lo pasaron la mar de bien, eso es lo importante. Os dejo aquí la primera entrega:


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