Leí con respeto las declaraciones que formuló el Presidente de la República sobre la conducta que debemos asumir frente a la pandemia. Coincido en que llegó al poder con el “apoyo de las mayorías”, pero este no es un asunto electoral o de consulta pública. (1/6)


Ciertamente lo fundamental es que “no se dispare el contagio”; pero no en que “ya se domó la pandemia”. Las investigaciones científicas nos colocan en el punto más alto de contagios junto con la India, Sudáfrica, Brasil y otros países de América Latina. (2/6)


Nos invita a “recobrar nuestra libertad”, aunque estimo que no la hemos perdido sino que debemos ejercerla con responsabilidad, solidaridad y en acatamiento a las normas establecidas.(3/6)


También el llamado a que “actuemos con criterio”, pero no el nuestro, sino el de las autoridades competentes. (4/6)


El exhorto a “no quedarnos inmovilizados en nuestras casas” parece prematuro, ya que los médicos aconsejan lo contrario. No salir en lo posible de los domicilios y cuidar en esta fase a los más vulnerables: los niños. (5/6)


Un sabio contemporáneo escribió: “nunca fui tan libre que cuando estuve en prisión”, ya que sólo perdí “el hábito de las caminatas y el contacto físico con la gente”. (6/6)


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