1. Los grupos de convivencia estable no existen. 2. La distancia mínima de seguridad no se puede respetar. 3. La entrada escalonada, la limpieza frecuente de manos o la limpieza de las aulas hacen inviable un horario normalizado. 4. La autonomía de los centros no existe.


5. El coordinador COVID es un profe al que le ha caído un marrón. 6. La coordinación local entre sanidad y educación es en general inexistente. 7. En los centros no hay espacios disponibles para desdoblar grupos. 8. El transporte y el comedor son esenciales y problemáticos.


9. Algunos ayuntamientos están implicados con sus centros educativos; muchos, no. 10. Algunas CCAA tienen planes razonables para una #VueltaSegura; otras, no. Si cuestiones como estas no se resuelven hoy o pronto, lo único que nos queda es observar cuáles son las consecuencias.


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