Toda mi vida elegí el camino del diálogo y más en este contexto: por encima de cualquier discrepancia política, estuve desde el primer día junto al Presidente y al Gobernador de la Provincia trabajando y coordinando acciones para cuidar la vida de los argentinos.


Creo en ese camino y, también, lo que yo siempre busco es que los argentinos estemos unidos, que podamos zanjar diferencias y avanzar en encuentros que nos acerquen para salir adelante.


Lamentablemente, lo que vimos ayer fue exactamente lo contrario al diálogo y a lo que la Argentina necesita. Se eligió deteriorar seriamente la convivencia política que habíamos logrado construir justo cuando el país más la necesita.


Para solucionar un problema que nos preocupa a todos, que es la seguridad de los bonaerenses, se apeló a la división. Y no vamos a sacar el país adelante dividiendo a los argentinos.


Ayer a la noche nos encontramos, sorpresivamente, con una medida improvisada e intempestiva que le quita fondos de coparticipación a la Ciudad para destinarlos a la Provincia de Buenos Aires.


La última vez que me mencionaron el tema fue en marzo, en una reunión pública con el Ministro del Interior de la Nación, y no acordamos nada. Desde entonces tuve 26 reuniones con el Gobierno nacional, una por semana, y en ninguna se mencionó el tema. Esto no es diálogo.


Si lo que queremos es unir a los argentinos, es totalmente inadmisible y contradictorio que una decisión así se tome unilateralmente, afectando los recursos de una sola provincia. Lo que es más grave aún es que nos sacan los fondos de un día para el otro en medio de una pandemia.


Un gobierno funciona planificando a partir de su presupuesto. Ya tuvimos que alterar esa planificación por la pandemia. No se me ocurren antecedentes en la historia de una situación en la que saquen presupuesto de un día para el otro.


En el mundo entero se están poniendo fondos para que los distritos enfrenten la pandemia, y acá nos cortan fondos que son para cuidar a la gente. Repito: en medio de una pandemia.


Tanto la redistribución de los ingresos entre la Nación y las provincias como el problema estructural de la Provincia de Buenos Aires son temas que hay que abordar con una mirada a largo plazo y con verdaderas políticas de Estado.


Hoy es con la coparticipación de la Ciudad, pero mañana puede ser la de cualquier otra provincia. Necesitamos ir a un federalismo en serio, donde cada provincia pueda crecer sin depender de la discrecionalidad del Gobierno nacional.


Respecto al desarrollo de la Ciudad, yo no solo no estoy avergonzado, sino que estoy orgulloso del progreso y de la transformación positiva que está transitando Buenos Aires gracias al esfuerzo de todos los argentinos que viven y trabajan en la Ciudad.


Todo lo que divide a los argentinos me enoja pero no voy a ser el que agrande la grieta. Vamos a avanzar por los caminos institucionales que corresponden, defendiendo la Constitución, la autonomía de la Ciudad, el Estado de Derecho y, sobre todo, el diálogo y el consenso.


Vamos a ir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a defender con todos los recursos jurídicos la autonomía y los derechos de la Ciudad. Hay mucha jurisprudencia que dice que una decisión así no se puede tomar de manera unilateral y, mucho menos, de un día para el otro.


En términos de coparticipación, la Ciudad aporta mucho más de lo que recibe: aporta cerca del 22% del producto, y recibe únicamente el 3,5%. Es decir que, de cada $100 que aporta, recibe $15.


En 2016, a raíz del traspaso de la Policía Federal -con el cual coincidieron casi todas las fuerzas políticas de la Ciudad-, también se traspasaron los fondos que nos corresponden constitucionalmente para su funcionamiento, que forman parte del 3,5% que venimos recibiendo.


La Constitución es muy clara en este tema: cuando el Gobierno nacional traspasa una competencia a un distrito, tiene que transferir también los fondos necesarios para su funcionamiento. Y eso es lo que pasó con la Ciudad.


Esos fondos se invirtieron y se invierten día a día para construir una policía profesional, entrenada y equipada con la mejor tecnología para cuidar a la gente, como lo es la Policía de la Ciudad, de la que estamos orgullosos y a la que le agradecemos por su esfuerzo diario.


Hasta que la Justicia se expida, vamos a tener que tomar medidas excepcionales. Hace unos meses enviamos a la @LegisCABA la Ley de Emergencia Económica y Financiera para garantizar que las áreas más críticas tengan los recursos necesarios para enfrentar la pandemia.


En esa misma línea, vamos a profundizar la revisión de nuestro plan de gobierno y de los contratos de la Ciudad para seguir economizando recursos.


Eso nos va a permitir garantizar lo más importante, que son las oportunidades de progreso para todos los argentinos que viven en la Ciudad y para los que todos los días vienen a trabajar, a estudiar, a visitarnos o a atenderse en nuestro sistema de Salud. Esto es innegociable.


Quiero llevarles tranquilidad a todos los que viven en la Ciudad y decirles que vamos a seguir asegurando todos los servicios esenciales: la seguridad, la educación y la salud.


Vivimos tiempos muy difíciles, y los argentinos necesitamos más unión que nunca. Enfrentamos graves problemas que solo vamos a poder superar cuando superemos las divisiones y apostemos al diálogo.


Necesitamos avanzar y eso solo se puede hacer juntos. Los porteños con los bonaerenses, los sanjuaninos, los santiagueños, los neuquinos, los mendocinos y los cordobeses, a quienes siempre recibimos con los brazos abiertos en esta Ciudad, que es la capital de los argentinos.


Es la única forma en la cual vamos a poder sacar adelante el país. Yo no creo en la improvisación, creo en la planificación y en las políticas de Estado a largo plazo. Yo no creo en las decisiones unilaterales, creo en el diálogo.


Yo no creo en las decisiones que se toman por especulaciones políticas, creo en las decisiones que se toman por el bienestar de la gente. Yo no creo en la división, creo en una Argentina unida de verdad. Esas son mis convicciones.


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