Decía Gabriela Mistral en uno de sus poemas que " hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la memoria". De tanto en tanto nos pasan situaciones muy curiosas, conocemos personas que nos llegan y nos tocan lugares que no sabíamos que teníamos, pero...


como la vida no es justa, no puede ser. Ya sea porque estamos con alguien más, porque a largo plazo las almas no encajarían una con otra, porque los demonios que llevamos dentro son de diferente raza o porque en el fondo sentimos que queremos es otra cosa; me explico.


No todos los besos acaban en la boca, así mismo no todas las personas que te gustan y te corresponden aparecen para que necesariamente pase algo o pase todo. De hecho, siento que las personas que más dejan huella son con las que no pudo ser. Solamente se queda uno...


Con una nostalgia en los ojos que dura una vida. Lleno de recuerdos o suspiros, que viene a ser lo mismo. Pero también se queda lleno del otro, de los momentos. Cuando no te dan ni un beso, te pueden entregar razones para seguir la vida a cambio, así sea enjugadas en melancolía.


Se imaginan estar con la persona allí, solo para ustedes, en medio de la noche sin que nada los interrumpa? Que esa persona les busque el pecho, el calor y la voz? Se imaginan sentir como se va abriendo paso la intimidad y el repique de los latidos?


A veces se toca el cielo con las manos. Pero solo un poco. Apenas y se arañan las estrellas, pero debemos ser agradecidos porque no nos merecemos mucho. Nada de eso me importa, estoy conforme y pleno porque me sabe leer la mirada, el tono de la voz y los sueños.


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