Todos lo sabemos, ayer (por fin) fue lanzado con éxito el telescopio espacial James Webb, el cual se encuentra actualmente camino de su destino, el punto Lagrange L2, adónde llegará dentro de un mes. Pero aún no podemos cantar victoria. Veamos qué nos espera a partir de ahora☺⬇️


Después de desplegar sus paneles solares, su antena para comunicarse con la Tierra y de encender sus motores, el James Webb superará la Luna en unas horas y, tres días después del lanzamiento, desplegará su escudo solar; una parte de esa plataforma sobre la que se situará.


En la imagen de arriba vemos al telescopio con los espejos desplegados, pero ese despliegue no ocurrirá hasta días después. De hecho, el propio escudo solar no terminará de desplegarse hasta el sexto día. Y los espejos no comenzarán ese proceso hasta el décimo.


Primero el secundario y luego, entre los días 12 y 13, los paneles laterales del primario. Estos son solo algunos de una infinidad de despliegues y mecanismos que han de desarrollarse correctamente durante 14 días para que la misión no sea un fracaso antes de empezar.


Aquí os dejo un vídeo en el que podemos ver, paso a paso, el desarrollo del proceso completo y los días en los que cada parte del telescopio se irá desplegando.


Como vemos, el telescopio fue lanzado plegado en la cofia del cohete y ha de desplegarse por completo y de forma autónoma y precisa para poder pasar de la imagen de la izquierda a la de la derecha. 29 días tardará en llegar a su destino. Un mes de terror, como lo llama la NASA.


Aunque, bueno, no tiene por qué salir mal. De hecho, uno de los motivos de tanto retraso en el lanzamiento (años de retraso) es precisamente que se han asegurado de que todo está perfecto. Ha habido una gran cantidad de personas trabajando durante años para asegurarse de ello.


¿Y una vez llegue a su destino? ¿Qué podemos esperar? Pues, por lo pronto, se trata justo de eso: de esperar, porque hasta verano no estará plenamente operativo. A partir de ahí, sus objetivos principales son dos: 1) estudiar la formación de las primeras estrellas y galaxias.


Y 2) estudiar las atmósferas de exoplanetas. Hay quien dice que el James Webb es el sucesor del Hubble, pero yo no lo veo así. Primero, porque el Hubble seguirá operativo. Y segundo, porque su forma de estudiar los cielos es diferente.


El Hubble lo hace (sobre todo) en el espectro visible de la luz. El JB lo hará en infrarrojo. ¿Por qué? ¿Qué diferencia hay? Pues la clave está en los objetivos de la misión: estudiar la formación de estrellas. ¿Dónde se crean las estrellas? En el interior de nebulosas.


En el espectro visible (en el que vemos con nuestros ojitos) no podemos ver lo que se cuece en el interior de una nube. Pero en el infrarrojo, sí. Sí que es cierto que sustituirá al Hubble como la "joya de la corona" de la observación astronómica.


Pero, aparte de eso, serán dos telescopios diferentes con objetivos diferentes. Con el James Webb se espera revolucionar el conocimiento astronómico. Comprender mejor cómo se formó el universo y de qué manera llegamos nosotros a estar donde estamos.


Y, además, conocer en mayor profundidad qué hay ahí afuera. El estudio de los exoplanetas es fascinante y conocer cómo son las atmósferas de mundos lejanos nos hará intuir si hay "gente" más allá de nuestro vecindario cósmico. ¿Hay vida más allá de nuestro Sistema Solar?


No sabemos si daremos respuesta a esa pregunta. Probablemente, no. Al menos categóricamente. Pero el avance en el conocimiento que se espera es abrumador, fascinante..., emocionante. Nos esperan tiempos apasionantes a quienes amamos esta ciencia. Absolutamente apasionantes.


Pero todo depende de que las cosas salgan bien en este mes de terror que nos espera. Ojalá sea así. Ojalá, de todo corazón. Estaremos expectantes. (Lo último que sabemos a esta hora es que todo sigue yendo bien ☺⬇️)


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