En la Navidad de 1654, Oliver Cromwell, como Lord Protector de Inglaterra, ordenaba partir a una flota inglesa de 18 navíos de guerra, 20 buques de carga y 3.000 hombres con el objetivo de conquistar la América Española y establecer allí su Designio Occidental. Sería un fracaso.


El Designio Occidental era el ambicioso plan de Cromwell de hacerse con todas las provincias españolas de ultramar y fundar allí su propio imperio colonial. Para ello, aprovechando la paz, los ingleses habían pertrechado una gran flota de guerra, y se dirigían hacia Santo Domingo


Al conocer el hecho, Bernardino de Meneses, conde de Peñalva y gobernador de Santo Domingo, alistó una exigua tropa de entre 400 y 600 mosqueteros y garrocheros que se dispusieron en posiciones favorables para defenderse de los 4.000 ingleses.


Los ingleses desembarcaron a unos 50 km de Santo Domingo con la intención de marchar hacia la ciudad saqueando las zonas cercanas. Sin embargo, el territorio era duro y carecía de agua limpia. Tras cuatro días de macha, los españoles les emboscaron.


El ataque español a la columna inglesa fue un éxito rotundo, causándoles 1.000 muertos y quedando 200 prisioneros. Entonces, la escuadra inglesa trató de bombardear la ciudad aunque fue una medida poco eficaz. Los soldados ingleses tuvieron que reembarcar.


Los españoles tuvieron 25 muertos. Por la valentía de su comandante, Bernardino de Meneses, conde Peñalva, se llamó al lugar donde fueron derrotados los ingleses La Puerta del Conde, como reconocimiento a la victoria. En la flota inglesa iba el futuro pirata Henry Morgan.


Posteriormente, los ingleses pondrían rumbo a Jamaica que tomarían sin gran resistencia, retirándose los españoles al interior de la isla para una guerra de desgaste, pues era una plaza menor y con una guarnición muy pequeña, pero serían diezmados por las enfermedades.


Sobre esta guerra diría el propio Cromwell: "El español no es, sin más, nuestro enemigo por mera casualidad, sino de forma providencial; así lo ha dispuesto Dios en su sabiduría". No le faltaba razón, pues su campaña fue un sonoro fracaso a pesar de obtener Jamaica con la paz.


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