Todos conocemos la Operation London Bridge, pero si la monarca del Reino Unido fallece en tierra escocesa hay un protocolo previo que no le pasa el testigo hasta que el féretro llega a Londres, la Operation Unicorn.


Operation Unicorn es el nombre en clave que recibe el protocolo secreto en caso de fallecimiento de la reina en Balmoral Castle, su residencia de verano en las Highlands escocesas.


Lo primero que pasaría antes de hacerse pública la noticia es que las sesiones parlamentarias en Westminster, el Parlamento escocés, el Senedd galés y la Asamblea de Irlanda del Norte serían suspendidas.


Después de atajar las necesidades médicas y familiares el féretro de la monarca sería trasladado de Balmoral al Palacio de Holyrood en Edimburgo, capital de Escocia. Para al día siguiente celebrar una misa en St. Giles Cathedral, también en Edimburgo.


Después el féretro sería llevado por tren hasta Londres. Antes se planeaba usar el Royal Train pero éste lleva mucho sin usarse así que no sería de extrañar que se usará un tren ordinario. En 1952 cuando el padre de la reina falleció en Sandringham se usó el Royal Train.


Nueve días después del fallecimiento, se celebraría el funeral muy posiblemente en la Abadía de Westminster. Así ocurrió en el último funeral real, el de la Reina Madre, madre de la actual Isabel II.


En el día del funeral se cerrarán bancos, colegios y todo tipo de establecimientos. Habrá un minuto de silencio nacional. Después el féretro será llevado a la capilla de San George del Palacio de Windsor. Donde hoy reposan los restos de su marido, sus padres y su hermana.


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