Un 12 de septiembre de 1992, Londres fue testigo de una de las peleas callejeras mas sangrientas entre nazis y antifascistas de la historia. Los antifascistas hicieron frente a miles de nazis que vinieron de toda Europa en lo que fue llamada la "Segunda Batalla de Waterloo".


En pleno centro de Londres, en Waterloo, los nazis ingleses de Blood and Honour querían organizar el mayor concierto de rock nazi de la historia en Europa a través de la banda de rock fascista "Skrewdrive". Apoyados por el British National Party, partido fascista de Reino Unido.


Anteriormente a este concierto, grupos comunistas y antifascistas como Red Action reventaban frecuentemente los actos a los nazis. Esta vez los nazis querían anticiparse, no querían que boicotearan su mayor concierto. Prepararían la visita de los antifascistas y estarían alerta.


Lo cierto es que antifascistas ya estaban organizándose desde el minuto 1 que se enteraron del concierto, ya preparaban la bienvenida a los nazis. Repartieron mas de 15.000 panfletos en los barrios obreros donde llamaban a hacer frente a los nazis ese dia con todos los medios.


Los nazis de Blood Honour y su grupo terrorista Combat 18, pidieron ser reforzados por los grupos ultras nazis del Millwall y del Chelsea, lo peorcito de Londres. Además habían vendido más 1200 entradas para el concierto fuera de Reino Unido, llegarían nazis de toda Europa.


La respuesta antifascista estuvo a la altura. La noche antes del concierto de Skrewdriver se presentaron en el pub donde su cantante, Ian Stuart, estaba de copas. Le reventaron un vaso en la cara dejándole con 3 dientes menos y le dijeron: "Se acabó el concierto, bastardo nazi"


Aún con lesiones en la cara que necesitaron varios puntos de sutura, el concierto nazi siguió adelante. Miles de nazis llegaron de toda Europa al día siguiente, escoltados por sus compañeros policías que les permitieron presumir de esvásticas y todo tipo de simbología nazi.


Si llega a ser un concierto antifascista y hubiera habido amenaza de posibles batallas campales, la policía al instante hubiera cancelado el concierto y hubiera detenido preventivamente a varios antifascistas. Pero como eran nazis se les permitió organizarse por las calles.


Y no tardó mucho en liarse. De hecho, nada más que los nazis pusieron un pie en la estación de Waterloo, 150 antifascistas fueron a darle una calurosa bienvenida... tan calurosa que provocaron disturbios en la propia estación de tren y tuvieron que ir un centenar de policías.


Asi empezó la batalla campal contra los nazis. Los fascistas no esperaban la respuesta masiva de la buena gente de Londres, fueron combatidos a pedradas por las calles y expulsados incluso por vecinos de los pubs cercanos al concierto, la policía no dio abasto para protegerles.


Un ejemplo de la valentía de los antifascistas aquel dia, es esta mítica foto. Dos antifascistas rodeados por cientos de hienas nazis venidos de toda Europa. Ni siquiera dieron un paso atrás, se quedaron en el sitio y los combatieron resistiendo las agresiones de los nazis.


La paliza mas brutal que hubo fue cuando quedaron atrapados unos 50 nazis debajo de un puente, fueron apedreados y apaleados de tal manera que los antifascistas llegaron a creer que alguno había muerto por las heridas que tenían en la cabeza. Asi salían los nazis del puente:👇🏻


La batallas campales duraron desde el mediodía en la estación hasta la madrugada, al menos 15 nazis fueron hospitalizados de gravedad debido a heridas en la cabeza. Los vecinos de Londres cerraban los portales a los nazis y no tuvieron donde esconderse mas que en la policia.


Aún con estas batallas campales, con heridos graves y medio centenar de detenidos (la mayoría antifascistas, cómo no), la policía permitió por sus huevos que se celebrara el concierto nazi. Aunque después de las palizas, solo acudieron unos 400 nazis de los miles que habia.


Asi fue el ejemplo histórico antifascista de la "Batalla de Waterloo" de cómo se debe combatir al fascismo y no dejarle un respiro. Quedará para siempre en la historia ese dia en el que los nazis volvieron a sentir el miedo, como hacia mucho tiempo que no sentían en Europa.


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