Tan cierto es que Cuba by @E_Santiago_Muin

Tan cierto es que Cuba está sufriendo injerencias externas que buscan desestabilizar (llueve sobre mojado tras 60 años de infame bloqueo) como que la explosión de descontento popular es auténtica, legítima, compleja y no se explica solo por el bloqueo [Hilo]


Lo primero, no pueden dar ninguna lección de democracia aquellos que no solo no condenan sino que jalean al mismo tiempo las masacres represivas en Colombia, o el golpismo en Bolivia o Chile.


Con la extrema derecha mundial lanzándose sobre Cuba como hienas con sus hordas de bots y fakenews puede parecer sensato cerrar filas. Pero lo que menos necesita el pueblo cubano (y la revolución, si me apuras) es otro atrincheramiento simplista entre revolucionarios-gusanos.


Cuba hizo una revolución en 1959 para ser soberana y dejar de ser un país monoexportador de azúcar. Ciertas formas de apoyo incondicional operan rebajándola hoy a ser un país monoexportador de símbolos para consumo de una izquierda atrapada en las nostalgias del siglo XX.


Viví en Cuba 9 meses, haciendo el trabajo de campo de mi doctorado. También estudié durante 6 años su realidad social. Hice grandes amigos, muchos viven en Cuba y otros han emigrado. Comparto algunas ideas intentando no dejarme llevar por los sentimientos, pues Cuba hoy duele.


Para entender la explosión social de estos días podemos atender a sus niveles coyunturales y estructurales. 1º obviedad: esto no es un producto made in Miami. La derecha está tratando de liderar el descontento, pero no tiene capacidad para provocarlo. Lo hará si se le regala.


Nivel coyuntura: el pueblo cubano está sufriendo un episodio muy dramático de escasez material y una situación pandémica descontrolada, especialmente en algunas provincias (Matanzas). Confluyen aquí al menos tres elementos:


1. El menor (pero importante, y que se suma a un cúmulo de presiones), un endurecimiento del bloqueo por parte de la administración Trump en cuanto al envío de remesas (las remesas de cubanos en el extranjero son un pilar de la arquitectura económica de la Cuba postsoviética).


2. La pandemia en su vertiente de drama sanitario y de shock económico (frenazo al turismo, la vía de enganche de Cuba con el mercado mundial, encarecimiento de importaciones básicas).


3. El fin del sistema de doble moneda. Este es un asunto técnicamente muy complejo en el que no puedo detenerme. Este hilo (en inglés) lo explica fenomenal:


Economistas cubanos me decían durante mi investigación que desarmar el sistema de doble moneda, colchón imprescindible durante el Periodo especial, sería como desactivar una bomba. La coincidencia de esta reforma con el covid ha sido como haber cortado el cable equivocado.


El resultado un proceso inflacionario durísimo en un contexto de recortes sociales y reformas promercado, con una gran incidencia en unas vidas cotidianas (ojo esto es clave) ya muy precarizada en lo material…


Y una sociedad civil tensada por un conflicto generacional entre el empuje de las demandas políticas de los sectores más jóvenes (muy plurales, muchas de ellas de izquierdas, con algunas victorias -caso LGTBI-) y el inmovilismo autoritario de un modelo leninista de partido único.


Todo lo acontecido alrededor del Movimiento San Isidro ha sido la eclosión de más de una década de incubación de una oposición al régimen muy diversa que engloba desde liberales financiados por EEUU hasta anticapitalistas, anarquistas socialistas democráticos, feministas…


La Cuba que yo conocí (2012-2014) era ya una Cuba partida entre la esclerosis de la oficialidad y el dinamismo e inteligencia colectiva desplegada por colectivos como el Observatorio Crítico, el Taller Libertario Alfredo López o medios como @havanatimesesp


Esto ha ido a más sin que el sistema político haya sabido-querido incorporar su creciente complejidad política, en una pinza perversa que se retroalimenta entre el autoritarismo del PCC y la injerencia de EEUU y de una derecha que busca una marcha versallesca sobre La Habana


Lo que conecta con la dimensión estructural del descontento popular en Cuba. Si hasta aquí me he movido en un nivel de simplificación burdo, ahora no podré sino simplificar aun más. Todo lo dicho requeriría matices que van mucho más allá de lo que sé hacer en un hilo de Twitter


En los años 90 Cuba se vio forzada a sobrevivir en un contexto de bloqueo recrudecido y habiendo colapsado el esquema de inserción económico y geopolítico (el CAME y la URSS) en el que se había cimentado su modelo de desarrollo social


Las consecuencias del trauma de los 90 fueron inmensas. Cuba se vio obligada a redirigir su modelo apostando por el turismo y la apertura a la remesas y la inversión extranjera. También abriendo espacio al mercado (alimentario, trabajos por cuenta propia) en un pulso ambivalente


La colaboración con la revolución bolivariana a partir del 2000 dio una bocanada de oxígeno, especialmente en su dimensión energética (petróleo). Pero la reorientación del viejo modelo de planificación económica hacia un socialismo de mercado era inevitable.


Todo esto tuvo efectos sociales desgarradores que se volvieron crónicos. Destaco dos: la precarización material y el aumento de la desigualdad en un país oficialmente igualitarista, generando una esquizofrenía política ideológicamente explosiva.


La vida cotidiana en Cuba se volvió tremendamente difícil. Sin duda la aparición de un inmenso precaridado cubano, personas cuyo salario no reproduce su fuerza de trabajo, es el hecho sociológico central de la Cuba post-soviética.


El progresivo recorte de subsidios y gratuiadades de un Estado sometido a las presiones del mercado mundial tras décadas al margen y además ahogado financieramente por el bloqueo norteamericano solo dejó a la gente 3 vías para conseguir los ingresos extra necesarios:


a) remesas de familiares en el extranjero.
b) derramas de los sectores vinculados a la economía global (propinas turísticas, salarios más elevados vinculados a las misiones médicas internacionalistas)
c) un mercado negro gigantesco y muy complejo que alberga de todo…


…desde procesos de explotación laboral y acumulación originaria de tipo capitalista muy salvajes hasta procesos de redistribución familiar y comunitaria de la riqueza muy interesantes [sigue el hilo un poco más]


Lo que nos conecta con la cuestión de la desigualdad. Cuba en los 80 era uno de los países más igualitarios del mundo. Los años 90 dispararon la desigualdad. La diferencia de nivel de vida y seguridad material de quién recibe remesas y quién no las recibe, por ejemplo, es grande


Existe en Cuba una inmensa bolsa de población que sobrevive en un día a día de condiciones materiales muy difíciles. El sesgo racial en la recepción de las remesas no hace sino intensificar la olla a presión en la que se estaba convirtiendo la sociedad cubana desde hace décadas.


Ante esta situación el gobierno cubano ha apostado desde 2008por un modelo de socialismo de mercado que, inspirado en el ejemplo asiático, lograra elevar los niveles de vida salvaguardando a) el monopolio político del PCC y b) (más problemático) el espíritu de la revolución


La imagen inspiradora en la élite gobernante cubana es Vietnam. De hecho la reciente reforma constitucional cubana básicamente dio amparo legal a las reformas promercado apliacadas en Cuba desde la etapa raulista.


En este proceso de construcción de un socialismo de mercado se inscribe la eliminación del sistema de doble moneda y otras muchas reformas, en muchos casos fallidas (recampesinización) que han acabado configurando un tormenta perfecta en un contexto de pandemia global


Aquí debemos añadir otra cuestión que lo atraviesa todo: la legitimidad decreciente del proyecto revolucionario y los déficits democráticos, que además tiene un componente generacional muy marcado.


El régimen resistió al difícil examen de los 90 porque contaba con una enorme legitimidad popular conquistada por el proceso masivo de inclusión social que supuso la revolución y el efecto del liderazgo carismático de Fidel Castro


Pero Raúl no es Fidel, y Diaz Canal no es Raúl. Y las generaciones jóvenes, a diferencia de base demográfica de los 90, no tiene experiencia alguna de mejora material y social provocada por la Revolución, al contrario.


Si a esto sumamos que es una generación con aspiraciones políticas y democráticas cuyas demandas (incluso de izquierda crítica) no pueden ser satisfechas en un contexto de autoritarismo sin suponer una enmienda a la totalidad, tenemos la otra cara del problema estructural


Esto último es importante para entender la enorme complejidad ideológica que se está poniendo en juego en las protestas, que hoy son un magma heterogéneo que no se puede simplificar. Un ejemplo:


Ni las protestas son protagonizadas por agentes de la CIA ni se puede pensar que los sectores que siguen sintiéndose afines a la revolución vayan a entregar 60 años de proyecto político, por el que se ha pagado un alto coste, sin luchar.


Por un lado está por dirimir qué discurso va a liderar esta explosión social de descontento. Por desgracia, son muchos años ahogando la crítica interna (incluso la socialista) como para que la derecha no juegue a esto con inmensa ventaja


Por otro lado, es evidente que la represión no es el camino, o es un camino terrible de corto recorrido. La única opción viable es una solución política, que necesariamente pasará por corregir muchos de los déficits democráticos del sistema cubano…


Aunque eso pueda poner en riesgo algunos de los logros revolucionarios, cada vez más desgastados. En este punto, son los propios cubanos-as lo que ya están hablando y proponiendo una salida de un modo mucho más claro del que yo podría hacer:


Así lo hace por ejemplo uno de los intelectuales más lucidos de la Cuba contemporánea, @Juliocguanche, al que recomiendo profundamente leer en algunos de sus textos recientes:


Este sobre el contexto explosivo de la crisis:

https://jcguanche.wordpress.com/2021/06/12/el-pueblo-de-cuba-las-crisis-y-los-modos-de-manejarlas-veinte-puntos-en-modo-urgente/


Y este sobre la situación de la explosión social y la necesidad de una salida política negociada que no pase por la represión, que condeno sin paliativos, ni tampoco por la injerencia extranjera, igualmente condenable:

https://jcguanche.wordpress.com/2021/07/11/cuba-solo-la-politica-nos-hara-amanecer-manana/


Solidarizarse con el pueblo cubano y sus demandas justas de emergencia material y también de democracia sin hacerle el juego a la ofensiva involucionista de la derecha global es complejo…


… pero lo mejor que puede pasar está situado en esa línea delgada finísima, fragilísima, y solo cabe acompañar a los amigos y amigas cubanas en el proceso de articularlo políticamente con sabiduría.


Mucho ánimo y fuerza al pueblo cubano en estos días difíciles.


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